Testimonios Unitarios Biblicos

Testimonio de Jesucristo:

Creo que por encima de los concilios y las opiniones de los hombres, está el claro y legítimo testimonio de Jesucristo. Él es el más indicado o autorizado para decirnos si él es el Dios Único y Verdadero. Para ello es importante leer la Biblia, y en particular, los Evangelios, en donde están registradas sus palabras.

Jesús Reconoció que sólo Su Padre es el Dios Verdadero:

Aunque parezca increíble, Jesús mismo contradice a los Trinitarios enseñando el monoteísmo puro. Por ejemplo, en Juan 17:3 él dice de Su Padre y Dios: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti (Padre), el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Este pasaje debe ser leído con cuidado, y es más, debe ser escudriñado profundamente por el investigador sincero e inteligente. Notemos que Jesús dice que la vida eterna consiste en conocer a dos personas:

1). Al Dios Padre, quien es el único Dios verdadero.

2). A Jesucristo, como el enviado de Dios. Jesús NO dice que el Padre y él son El Dios verdadero, sino sólo Su Padre. No obstante, los Trinitarios tuercen esta doctrina de Jesucristo diciendo que el Hijo es también el Dios verdadero. ¡Pero Jesús nunca dijo ser el Dios verdadero¡ Este texto es contundente, y no obstante, pasado por alto por los Trinitarios. En realidad, no saben qué decir de él.

En otra ocasión Jesús les dice a sus discípulos que su Padre es MAYOR que él (Juan 14:28). Esta declaración de Jesús lo coloca a él como menor al Padre definitivamente. Como réplica, los trinitarios dicen que Jesús estaba hablando como hombre, y en esa condición era menor que Dios Padre. Pero, ¿no deberíamos esperar que todo hombre sea menor que Dios el Padre? ¿Qué de nuevo estaría diciendo Cristo con eso? ¿No sería algo evidente que cualquier hombre sea menor que Dios? No amigos, yo creo que Cristo estaba hablando de algo más transcendental, y esto es que Cristo, el Hijo de Dios, es menor o “inferior” al Padre ayer, hoy, y siempre.

Jamás encontraremos en la Biblia la frase “Dios el Hijo”. Al contrario, Jesús enseña que él mismo tiene Su Dios. En Juan 20:17 Jesús les dice a sus discípulos: “...subo a mi Padre y a vuestro Padre, A MI DIOS, y a vuestro Dios.” En la crucifixión Jesús exclamó a Dios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46).

Pero el texto más importante y dramático es el de Apocalipsis 3:12. En este pasaje, el Cristo glorificado y entronizado en el cielo dice: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de MI DIOS, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de MI DIOS, y el nombre de la ciudad de MI DIOS, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de MI DIOS, y mi nombre nuevo.” La pregunta lógica es: ¿Por qué Jesús sigue llamando al Padre como “MI DIOS” 4 veces, si ya dejó de ser hombre en el cielo? Pero lo cierto es que en el cielo Jesús sigue teniendo su Dios. Y si en el cielo Jesús sigue teniendo su Dios, entonces él no ha dejado de ser un hombre, aunque ciertamente ya en la condición de glorificado.

Si Cristo es Dios como el Padre, entonces ¿por qué Jesús desconoce el día y la hora de su propia venida y del “fin del mundo?” Él dijo claramente a sus discípulos: “Pero de aquel día y de la hora nadie lo sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, NI EL HIJO, sino el Padre.” (Marcos 13:32; Hechos 1:6,7). Sí, Jesús no sabe cuándo en la fecha de su retorno. Pero nos dirán nuevamente que Cristo hablaba como hombre. Pero, ¿no es de esperar que todo hombre ignore la fecha del fin del mundo? ¿Qué de nuevo estaría diciéndonos Jesús? Nuevamente insisto en el hecho que Jesús hablaba como Hijo de Dios y como hombre. ¡El Hijo de Dios no lo sabe todo! Y si no sabe todo es porque no es el Dios Omnisapiente y Todopoderoso.

En una ocasión un hombre le dijo a Jesús: “...Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno, sino sólo Dios.” (Lucas 18:18.19). Aquí se suscita otra pregunta: Si Cristo es Dios, y Dios es el único bueno, ¿por qué rechazó Jesús la confesión de que era bueno? En Mateo 5:8 Jesús mismo dice: “Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios.” Aquí surge otra pregunta, si Cristo era Dios, ¿por qué dice que sólo los de limpio corazón verán en a Dios? Si Cristo era Dios, entonces no sólo los de limpio corazón estaban viendo a Dios, sino también los pecadores impenitentes. Recordemos que a Jesús muchos le vieron y no se arrepintieron de su sucio corazón. Por tanto, Cristo no podía ser Dios.

En Juan 10:29 Jesús dice: “Mi Padre que me las dio, es MAYOR QUE TODOS...” Este texto, junto con el de Juan 14:28, confirma el hecho de que Cristo no es igual que Dios el Padre. Y en Juan 5:19 Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer NADA POR SI MISMO, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” Esta es una extraña declaración de Cristo si creemos que él es Dios como Su Padre. Notemos que Cristo imita a su Padre y no a la inversa. Jesús no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que hace su Padre eso hace él. Obviamente Cristo está sujeto a Su Padre, y hace lo que él le enseña.

En Marcos 10:40 Jesús dice: “Pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, NO ES MIO DARLO, sino para aquellos a quienes está preparado.” En el reino de Cristo habrá puestos de autoridad que sólo Dios ha destinado para sus hijos. Jesús afirma que a él no corresponde señalar los lugares o posiciones de autoridad.


El Testimonio de los Apóstoles:


A continuación veremos que los apóstoles, como judíos que eran, mantenían su creencia en un solo Dios. Ellos sabían, en función a Deuteronomio 6:4, que Jehová es UNO y solo él el Altísimo sobre toda la tierra (Salmos 83:18). Ellos jamás pensaron que Dios estaba compuesto por una triada, o bien, por Tres Personas distintas en un solo Dios verdadero. A continuación veremos las declaraciones apostólicas en cuanto a su creencia sobre Dios, Cristo, y el Espíritu Santo.

1.- San Pablo: fue el apóstol que predicó primero a los gentiles con mayor insistencia fuera de Israel. Su misión era dar a conocer el evangelio de Cristo, y a la Persona de Dios (Hechos 17:23).
Cuando Pablo había visitado Corinto en su segundo viaje misionero, esta ciudad era un importante centro cosmopolita de comercio del mundo antiguo, como también era reconocido como un centro del libertinaje y el desenfreno.

El propósito de Pablo era corregirlos de su desviación moral y doctrinal, y que amenazaban la vida de la comunidad cristiana. Se habían formado divisiones que se transformaron en facciones hostiles. Además había inmoralidad sexual en ella. En 1 Corintios 8:4-6 Pablo admite que hay dioses en el cielo, seguramente refiriéndose a Dios Padre y a sus ángeles (Elohim). Claro que el único Dios verdadero es el Creador Padre Dios quien sostiene todo por su Espíritu. Ahora bien, Pablo luego pasa a decir: “Para nosotros, sin embargo, SÓLO HAY UN DIOS, EL PADRE, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.”

Al analizar sus palabras lo que Pablo está revelando es que sólo el Padre de Jesús es el Único Dios Verdadero. Aquí Pablo no está incluyendo al Hijo, y menos, al Espíritu de Dios. De Jesús Pablo dice claramente que es nuestro Señor. ¿Quién puede deducir el dogma de la Trinidad en estas declaraciones de Pablo? ¡Nadie! Y de paso, Pablo estaba oponiéndose al gnosticismo de la época.

Y También a los corintios Pablo les seguirá diciendo sobre Dios y su Hijo, lo siguiente: “...y Dios la cabeza de Cristo” (1 Corintios 11:3), y además: “...y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.” (1 Corintios 3:23). Y además les dice: “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo SE SUJETARÁ al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios (Padre) sea todo en todos.” (1 Corintios 15:28). Es claro que para Pablo Jesús no es igual a Dios, pues afirma que la cabeza de Cristo es Dios... y él es de Dios. Pablo afirma, además, que en la eternidad el mismo Hijo estará sujeto al Padre, el cual será Dios sobre todos. ¿Puede alguien creer que Pablo era Trinitario?

Cuando Pablo les escribe a los hermanos en Efeso, les dice lo siguiente: “Para que EL DIOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, EL PADRE DE GLORIA, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él." (Efesios 1:17)(2 Corintios 1:3). Aquí Pablo está diciendo que el Padre es el Dios de Jesucristo. Sí, Pablo creía que Jesucristo tenía Su Dios, lo cual destruye el dogma de la Trinidad. Para los Trinitarios, Cristo es Dios como lo es el Padre, y el Espíritu Santo. Pero: ¿Puede Dios tener Su Dios? Además, jamás leeremos en la Biblia que el Padre tenga Su Dios, lo cual si ocurre con el Hijo. Ah, y de igual opinión es Pedro cuando escribe su primera epístola: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo...” (1 Pedro 1:3).

Y para finalizar con Pablo, él escribió a Timoteo lo siguiente: “Porque hay UN solo Dios, y UN solo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo HOMBRE.” ( 1 Timoteo 2:5). Aquí Pablo claramente sostiene que sólo hay UN DIOS, y también hay UN SOLO MEDIADOR, entre ese único Dios y los hombres: Jesucristo HOMBRE. Jesús, por tanto, no es DIOS sino el MEDIADOR entre Dios Padre y los Hombres. Pablo finalmente sostiene que ese Cristo Mediador es HOMBRE... ¡no Dios!

Ahora bien, sería bueno que el lector revise los siguientes textos, en dónde Pablo hace una distinción entre Dios y Jesucristo:

1.- Romanos 16:27

2.- 1 Corintios 1:3

3.- 2 Corintios 13:14

4.- Gálatas 1:1,3

5.- Efesios 1:2: Efesios 6:23

6.- Filipenses 1:2,11

7.- Colosenses 2:2; 3

8.- 2 Tesalonisenses 3:5

9.- 1 Timoteo 1:2; 5:21; 6:13

10.- 2 Timoteo 4:1

11.- Tito 1:4

2.- San Juan: Fue el apóstol que más amó Jesús, y quien estuvo muy unido a él. Juan jamás creyó que Jesús fuera Dios como el Padre. Los siguientes textos son muy claros:
En su Primera epístola, Juan dice que Cristo es el Hijo de Dios, no Dios el Hijo. Sus palabras son como siguen: “...para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8).

En su Segunda Epístola Juan hace una diferenciación entre Dios Padre y Cristo. Usted verá que Juan no dice “Dios Hijo”, como lo hace con el padre al decir “Dios Padre”. Juan dice: “... misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.” (2 Juan 3). Notará que Juan no dice que el Hijo sea Dios, sino “Señor” (compárese con 1 Corintios 8:6).

Y lo más interesante es que en Juan 1:18 el apóstol dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” Esta revelación de Juan nos hace ver que Cristo no es Dios. Y es que Cristo (El Hijo) fue visto por Juan, los demás apóstoles, y el pueblo israelita, por una espacio de 3 y medio años. No obstante Juan dice que nadie ha visto a Dios. ¿Cómo podría ser verdad lo que dice Juan, si presuponemos que Jesús era el Dios verdadero? Es claro que Juan no sabía nada de una Deidad del Hijo, y menos, de una Trinidad.

Además, Juan como el escritor de Apocalipsis, empieza diciendo: “La revelación de Jesucristo que Dios le dio...” (Apocalipsis 1:1). Observemos que Juan dice que Dios le dio a Jesucristo Su revelación. Esto es muy interesante, pues Cristo ya estaba en el cielo cuando le revela a Juan el Apocalipsis, y sin embargo, este Cristo entronizado sigue recibiendo de su Dios nuevas verdades que desconocía. Y en el capítulo 3 y verso 12, el Hijo entronizado y glorificado en el cielo habla del Padre como: “Mi Dios”, ¡4 veces!. Claramente Juan sabía que el Jesús glorificado seguía teniendo su Dios en el cielo. Y Pablo concuerda con Juan cuando dice que Cristo “está sentado ahora a la diestra de Dios”(Colosenses 3:1). Notemos que Pablo NO dice que Dios Hijo está sentado a la diestra de Dios Padre. Lo que verdaderamente dice es que Cristo (el Hijo), sin ningún título de “Dios”, está sentado a la diestra DE DIOS---¡El único Dios verdadero! (Juan 17:3).

3.- San Pedro: Este apóstol fue el evangelizador de los judíos. En sus epístolas no se encuentra ni rastros de una Divinidad Trinitaria compuesta por el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Al contrario, Pedro creía que Cristo era sólo el Hijo de Dios, y el Mesías. Además creyó que el Hijo de Dios tenía Su Dios. Él escribió en su primera Epístola así: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (1 Pedro 1:3). Y en su Segunda Epístola Pedro distingue a Dios Padre de Su Hijo Jesucristo. Él escribió así: “...en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pedro 1:2). Notemos que él No dice: “...en el conocimiento de Dios Padre y de nuestro Dios Hijo.” Lo que él dice es que sólo el Padre es Dios.

4.- San Judas: Según la tradición, era el hermano de Jesús. Él escribió: “...santificaos en Dios Padre, y guardaos en Jesucristo.” (Judas 1). Luego dirá: “conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo.” (Judas 21). En estos dos pasajes se pueden deducir la creencia de Judas sobre Dios y su Hijo. En primer término, jamás Judas llama a Cristo como “Dios Hijo”. Para él sólo el Padre es Dios, y Jesucristo es el Señor.

5.- San Santiago: Se acepta que el escritor del libro bíblico de Santiago es hijo de José y María, y hermano del Señor. En uno de sus versículos él escribe: “...porque Dios no puede ser tentado por el mal” (Santiago 1:13). Estas palabras de Santiago parecerían extrañas si creyéramos que Cristo es Dios. ¡Y es que el Señor Jesucristo fue tentado como cualquier otro de nosotros! (Hebreos 4:15). Por tanto, si fue tentado, ¡él no podía ser Dios!. También en la apertura de su carta, Santiago comienza diciendo: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo.” (Santiago 1:1). Es obvio que Santiago, quien conocía bien a su hermano, supo que Jesús no era Dios. Él NO escribió diciendo algo así como: “Santiago, siervo del Padre, y del Señor Jesucristo, Dios verdadero.” o “Santiago, siervo de Dios Padre y del Señor Dios Jesucristo.” Jamás Santiago le concedió a Cristo el título de “Dios” como lo hizo con el Padre.

En cuanto al Espíritu Santo, es oportuno señalar que jamás encontraremos en la Biblia que se le llame “Dios Espíritu Santo” sino más bien: “El Espíritu Santo DE Dios”. En Efesios 4:30 leemos: “Y no contristéis al Espíritu Santo DE DIOS...” Y Pablo habla del Espíritu Santo como perteneciendo al Padre: “...sino a Dios, quien también nos dio SU ESPUIRITU SANTO.” ( 1 Tesalonisenses 4:8).

Por otro lado, es curioso que el Espíritu Santo no aparezca con el Padre y el Hijo en los siguientes textos: Romanos 16:27; 1 Corintios 1:3,9; 8:6, 2 Corintios 1:2, Gálatas 1:3; 3:26, Efesios 1:2; 3:19; 5:5,20; 6:23, Filipenses 1:2, Colosenses 1:2; 2:2, 1 Tesalonisenses 1:1, 2 Tesalonisenses 1:1,2, 1 Timoteo 1:2, 2 Timoteo 1:2, Tito 1:4, Filemón 3, 1 Juan 1:3, 1 Juan 2:22, 2 Juan 3, Judas 1:1.

También es curioso que al Espíritu Santo jamás se le ve entronizado junto con el Padre y el Hijo. Ver Apocalipsis 7:10, 22:3. Tampoco ninguna oración es dirigida al Espíritu Santo. El Espíritu Santo se le describe como el PODER de Dios en los siguientes versículos: Hechos 1:8, 10:38, Lucas 1:35, 4:14, 5:17, Romanos 8:11, 15:13,19, Miqueas 3:8, 1 Corintios 2:4, 6:14, 1 Tesalonisenses 1:5.


El Testimonio de los Padres de la Iglesia:


Clemente de Roma: De acuerdo a muchos escritores cristianos antinicenos, él es el Clemente de Filipenses 4:3. Él fue un Anciano de la Iglesia de Roma entre los años 92-101 d.C. Su Epístola a los Corintios, escrita alrededor del año 96 d.C, fue tenida en gran estima, y fue considerada igual a los escritos de los Apóstoles y era frecuentemente usada en sus reuniones dominicales. Él nació alrededor del año 30 d.C y murió en el año 100 d.C. Él escribió: “Conocemos que Tú solo era Altísimo entre los Altísimos... Tú has escogido a aquellos que te aman a través de Jesucristo, Tú amado Hijo, a través de quien Tú nos has instruido, santificado, y honrado...Que todas las naciones sepan que Tú eres el único Dios, que Jesucristo es Tú Hijo y que nosotros somos Tu pueblo.” (A los Corintios, Cap. 59, vs. 3,4).

Ignacio de Antioquía: Su seudónimo era “Teóforo”, debido a su naturaleza gentil y amable. Él fue un Obispo en la congregación de Asiria y Antioquía, y fue un discípulo del Apóstol Juan. Sus escritos auténticos, fueron escritos alrededor del año 110 d.C. Nació alrededor del 50 d.C y fue martirizado en el 116 d.C. Él escribió: “Hay un Dios, quien se manifestó a sí mismo por medio de Jesucristo, Su Hijo, quien siendo Su Palabra, salió del silencio al mundo a ganó plena aprobación de Él, de quien era Su embajador.” (A los Magnesianos, cap.8, v.2). “...quien también resucitó de entre los muertos, debido a que Su padre lo resucitó,- su Padre quien igualmente nos resucitará, quienes creemos en él a través de Jesucristo, fuera de quien no tenemos verdadera vida (A los Trallanos, Cap. 9, vs.2).

“Ustedes están bien fundamentados en amor a través de la Sangre de Cristo y firmemente creen en nuestro Señor. Él es realmente de la línea de David de acuerdo a la carne y el Hijo de Dios por la voluntad y el poder de Dios.” (A los Esmirnianos, Cap. 1 v.1).
Policarpo: Nació alrededor del año 69 d.C, y fue un discípulo del Apóstol Juan, e igualmente un amigo íntimo de Ignacio de Antioquía. Él fue un obispo de la iglesia de Esmirna, Asia Menor, y escribió su Epístola a los Filipenses antes del 140 d.C. Él fue quemado en una estaca el 23 de Febrero, del año 155 d.C. Él escribió lo siguiente:
“Ahora, que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, y él mismo el Sacerdote Eterno, Jesucristo, el Hijo de Dios, los edifique en la fe y en la verdad.” (A los Filipenses Cap.12, v.2). “...a Él quien es capaz de traernos a todos en Su gracia y generosidad, a su Reino Celestial, por su Unico Hijo engendrado, Jesucristo, sea la gloria, honor, poder, y majestad para siempre.” (Martirio, Cap. 20, v. 2).
Justino: Llamado “Mártir” debido a su martirio en el 166 d.C. Él nació en Roma en el año 107 d.C. Él fue un filósofo pagano convertido al cristianismo alrededor del año 130 d.C. Su primer obra Diálogo con Trypo fue escrito en el año 135 d.C. Trypo era un Judío que escapó de Jerusalén después de la revuelta de Bar Kochba. Él escribió entre el 135 d.C hasta justo antes de su decapitación. Él escribió: “Dios engendró antes que todas las criaturas un Principio que era un cierto poder racional procedente de Él, quien es llamado por el Espíritu Santo ahora ‘La Gloria Del Señor’, ahora ‘El Hijo’, nuevamente ‘Sabiduría’, nuevamente ‘un Ángel’, luego ‘Dios’, luego ‘Señor’ y ‘Logos’, y en otra ocasión él se llama a sí mismo ‘Capitán’.” (Diálogo con Trypo, Cap. 61). También dijo: “Nosotros seguimos al único Dios no engendrado a través de Su Hijo.” (Primera Apología, Cap. 14).

Tatiano: Nació en Asiria cerca del 110 d.C, fue un estudiante de Justino Mártir. Él escribió el comentario a los cuatro evangelios más antiguo que existe. Antes había pertenecido a una secta Encratita gnóstica como líder. A pesar de esto, sus escritos dan una regular visión de las doctrinas cristianas. Él escribió entre el 161-170 d.C, y murió alrededor del 172 d.C. Dijo: “El Señor del Universo, Quien Él Mismo es el fundamento necesario de todo ser, puesto que como sea que no había aún ninguna criatura en existencia, estaba Solo...Y por Su sencilla voluntad el Logos brincó fuera; y el Logos, no habiendo salido fuera en vano se convierte en la primera obra engendrada del Padre y fue el comienzo del mundo.” (A Los Griegos, Cap. 5).

Melitón: Nacido cerca del año 110 d.C, fue el obispo en Sardis, Asia menor, alrededor del 160-170 d.C y un amigo de Ignacio de Antioquía cuando era un muchacho joven. Él escribió entre los años 165-170 d.C y fue martirizado en el 177 d.C. Sólo existen pequeños fragmentos de sus escritos. Él escribió: “Existe Aquel que realmente existe y es llamado Dios... Este Ser no es hecho en ningún sentido, ni tampoco vino a la existencia, sino que ha existido por la eternidad.” (Apología 1: A Antonio César). “Jesucristo...es la Razón perfecta. La Palabra de Dios, él que fue engendrado antes que la luz, él quien es Creador junto con el Padre.” Apología 4: Sobre la Fe.

Teófilo de Antioquía: Nació alrededor del año 130 d.C. Fue un obispo en Antioquía, Siria, entre los años 170-180 d.C. Él escribió antes del año 175 d.C y murió en el 181 d.C. Escribió: “Dios, entonces, teniendo su propia Palabra interna dentro de Su propio vientre la engendró, emitiéndola junto con Su propia Sabiduría antes que todas las cosas. Él tuvo a esta Palabra como su ayudante en las cosas que fueron creadas por Él, y por ella Él creó todas las cosas.” (A Autólico, Cap. 10).

Ireneo: Fue uno de los más reconocidos de los cristianos primitivos. Nació en el 140 d.C y fue un discípulo de Policarpo. Él fue un Anciano de la iglesia en Lyons, Francia, desde el 178 d.C. Él era muy bien conocido en todo el mundo occidental de la época. Él murió en Francia en el 202 d.C. Sus escritos pueden ser fechados alrededor del 180 d.C. Él escribió: “Si alguno, por tanto, nos dice, ‘cómo entonces, fue el Hijo producido por el padre?’ nosotros les respondemos, que ninguno entiende esa producción, o generación... no hay poderes que posean este conocimiento sino sólo el Padre quien engendró y el Hijo quien fue engendrado.” (Contra las Herejías, Libro 2, Cap. 28, v.6).

Clemente de Alejandría: Nacido como Tito Flavio Clemens, en el 150 d.C. Vino a ser un obispo en Alejandría, Egipto. Él escribió entre los años 190-195 d.C. y murió alrededor del 220 d.C. Sus escritos son valiosos porque una vez que se convirtió, viajó por todo el Imperio Romano para aprender el cristianismo puro de los más antiguos y respetados cristianos vivientes. Él escribió: “La mejor cosa en la tierra es lo más pío: el hombre perfecto; y la mejor cosa en el cielo, el siguiente y más puro en el lugar, es un ángel, el portador de la vida eterna bendita. Pero la naturaleza del Hijo, quien es próximo a Él quien es el solo Altísimo, es el más perfecto.” (Miscelanias, Libro 7, Cap.2).

Queda demostrado que los Padres Anti-Nicenos jamás creyeron que Cristo era el Eterno Dios Todopoderoso. Sus escritos claramente señalan al Padre como superior al Hijo, y como Su engendrador. Y los más interesante, nada dicen que el espíritu santo sea Dios. La doctrina de la Trinidad les era totalmente desconocida.

1 comment:

  1. Muy interesante, la historia de la Iglesia antigua es esencial para entender el 'Cristianismo' moderno.

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